viernes, 19 de diciembre de 2008

Mientras orinaba entre fragancias dispensadas electrónicamente por un sensor alquilado, la niña preguntó a papá: "Papá, ¿Quién era Franco?" Él, circuncejo, respondió: "Un señor muy malo que hay que tirar sus estatuas para parecer que eres demócrata"

"¿Y que es ser demócrata?" prosiguió. "Aún no lo se, pero me han dicho que se aprende en un par de tardes", fué la contestación paterna.

"¿Y puedo ser demócrata de mayor, papá?"

"Si, si yo de mayor puedo ir en avión privado como mi antecesor a pasear a mi novia en el HOLA. Seguro que ser demócrata ha de ser muy bueno. Por eso hay que impedir por todos los medios que voten a los demás, que no son demócratas, y juntarnos con los otros demócratas que nos apoyan, y que son muchísimos aunque sean poca gente, para un futuro en el que puedas seguir haciendo pipí en este vater tan mono"

"¿Y este vater es como el de los demás niños?"

"Pues claro que no, mi amor, ¿como iba a querer yo para ti lo que los demás papás dan a sus niños? Nosotros somos mejores, como los ricos, y por eso tenemos estas cosas tan buenas que los ricos nos prestan mientras vivamos en esta casa, y hasta que seamos como ellos y vivamos junto a la del tito Felipe, en la Florida, aquí al lado"

Y así, charlando, el papá y la niña pasaron la tarde encerrados en el vater, porque lo de fuera, francamente, no les gustaba nada de nada.

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