miércoles, 8 de abril de 2009

SALUDO

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Es un experimento: no hay una sola visita, pese a dar a loa amigos la dirección: a ver qué hacen los buscadores en un par de horas con los parámetros de más arriba...

Salutem plurimam vobis dico. A lo que el vacio digital contestaría, o más bien haría eco: "Idem tibi dico"

Oí del secreterio general de la abogacía del estado, hace un tiempo, y refiriendose a la firma en papel de una compañera que sabía que sólo desempeñaría su cargo por breves días, las palabras "la soberbia del hombre" seguidas de tres puntos suspensivos.
De un sujeto de tanto poder destilo las palabras sin pizca de envidia hacia esa sujeta, como lingotes puros de sabiduría.

Salve, Juan Ramón, el único sabio real que conozco, mezcla perfecta de capacidad y eficacia y supervivencia. Para ser Diógenes, me falta oir que le pediste a alguien que no te quitara el sol, y aún no lo descarto: llegarás a tener hasta ese tamaño.

Y, venciendo la pereza, una vez más me arrojo a la contribución, tanto más desinteresada cuanto más consciente de la inexistencia de lector.

A ver si me expreso con sinceridad y transparencia.

Hace cuatro semanas estoy en Kuwait, jugándome mi modo de vida, y vislumbrando que también estaba haciendo historia del siglo XXI. Nada era mio, iba de guardaespaldas de los actores, pero... me dicen los terceros que sin mi ni siquiera les hubieran recibido.

Sin mi, esos actores se están jugando mi futuro en Méjico en el día de hoy, sin ningún control, sin saber quién es Satie, dónde está el Hakassam, qué sea Jaeger le Coultre, ni pensar en Scabal, sin haber oido en su vda a Nyman, o haberse sentado en una silla de Panton.

No puedo aportar nada aún sabiendo que ayudaría mucho. Y veo impotente cómo mi futuro se juega sin aprovecharme, en un tablero lejano.

Aquí, me apoya el estudio místico de la labor de los ángeles que se dice que se desarrolla , y mi propio esfuerzo por no desmoronarme, excuso decir en cuál de los dos confío más...

En el otro lado de la balanza, mis reposabilidades, el amor por los míos, el manejo del riesgo, los lazos que se acortan, la salud minada por las "muletas" de apoyo, la consciencia de la gente a la que hay que atender YA en el entorno próximo, y ANTES DE YA en el mundo circundante... la sucia sombra de la falta de dinero.

Al fin, la fórmula debería ser válida independientemente del resultado de la acción, por lo que ha de cuestionarse el mótivo de la acción misma: si ha de valer igual el conseguir o no, ha de ser falso el motivo para actuar. Pero eso no nos lo permitimos si antes no tenemos éxito, para no caer en la excusa prohibida, y por tanto pecando por paradoja al no renunciar y buscar la santidad en el trabajo bien hecho, cuando se nos manda (y entendemos porqué) renunciar a sus frutos.

Quizá en esa paradoja resida la condena del débil a la vez que la imposibilidad de salvación del "rico", que verá antes al camello pasar por el ojo de la aguja, por la estrecha oquedad de la cisterna bajo un puente del Oriente medio.

Quizá todo esto no sea más que la insatisfacción, confundida con la infelicidad por un obtuso occidental del s. XXI. Quizá escribir a estas horas tenga lecturas jungianas que invaliden todo lo dicho.

Al fin, yo tengo frio y no tengo amigos después cuarenta y tres años, y por eso escribo incongruencias en la noche, mientras mi mundo se derrumba a mi alrededor.



El Rubicón?

Puede qe lo que esté en el germén de este desasosiego sea la clara percepción de que se puede tener que olvidar toda una vida como contribuyente, y dedicarse forzosamente a no necesitar contribución, o directamente a ser contribuido... Soberbia y miedo, mala mezcla, lo se.

Otros por menos se han muerto, pero al fin yo estoy en otras para aportar, aquí para mostrar, no trato de ser edificante.

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