lunes, 19 de abril de 2010

NAVAJA TÁCTICA

Ya anuncié la entrada , y ahora igualmente anucio que no es la definitiva, porque pretendía ser técnica, y escribirse con bastante tiempo, y sucede a un comentario sobre mi"queridas mias" que resta de ese tiempo y que mediatiza el contenido.

Daré un esquema, y lo rellenaré en días subsiguientes.

En fin, y siguiendo la tradicional distribución expositiva de Guasp, rellenaré los campos de sujeto objeto y forma. Enfermo que estoy...
El sujeto destinatario es el que requiere de complemento para el ejercicio físico de la violencia, y no me pondré a valorar si es defensiva o si es ofensiva, justa o no, porque hablo de la navaja y no de la situación en que se usa.
Más bien distinguiré en el indudable hecho de que la herramienta interacciona, respecto de cómo lo hace (o mejor, cómo debe hacerlo), con el usuario y con los terceros.

1.- Con el usuario, percepción total. Para quien no lo sepa, la navaja se caracteriza por tener un sólo filo y por esconder la hoja en el mango, a diferencia del cuchillo. Legalmente, si ese único filo no mide más de 11 cms. ni sale de su alojamiento con ayuda mecanica, su porte es legal. La policia se ha visto forzada a devolverme navajas intervenidas, por revestir dichas características, pese a su obvia peligrosidad. Por tanto, que no nos meta en lios portarla depende de que cumpla dichos tres requisitos: un filo, 11 cms,., no automaticidad.

Después, que no nos haga quedar mal. 7 cms. de hoja bastan y caben mejor en el quinto bolsillo de un vaquero; no se pueden portar bajo arcos de detección de metales, salvo que estén hechas de cerámica o pvc; su exhibición nos manda al ostracismo social pero la práctica de su uso nos salva....
Un hombre, y más si es el que debe ser, entrenado, consciente de sus capacidades de dañar. habiéndolas desarrollado hasta el limite que le impone, no su capacidad de defensa, sino la de su mujer y sus hijos, lleva esta herramienta para abrir retráctiles de cd o para compensar una eventual ventaja numérica.

Una mujer, debe cargarla siempre, en el bolso en presencia de más personas, pero debe sacarla abierta bajo ese bolso o en la mano del bolsillo, o a la espalda bajo la cazadora (para que lleve el arco de recorrido más fuerza) cada vez que de noche se baja del taxi que la lleva a casa, cada vez que va a sacar dinero en un cajero, al salir del coche recien aparcado, al entrar en una parada solitaria de metro o bus, al recibir en su casa, en su despacho, o en cualquier sitio en el que se sienta segura pero esté fuera de la vista de otros...

Debe anticiparse, como dije en Queridas Mías, si bien que allí recomendaba el manojo de llaves erizando con sus puntas los espacios entre los dedos, y aquí no hace falta, está bien cubierto el fin con un instrumento ad hoc.

Por el correo que acabo de contestar en la entrada acerca de la defensa personal, la hoja debe estar fuera antes de la agresión, no sacarse durante la misma, por si no se puede.

Y ello sin ignorar el poder disuasorio del sonido de la hoja cuando deja de albergarse dentro de su seguro... Una de las navajas de peor calidad que conozco es mi favorita para regalar y para uso diario, porque cabe en el quinto bolsillo, sale la hoja con una leve manipulación de un tornillo con un movimiento de muñeca, pero sobre todo, porque al trabarse con el seguro suena CLAC, sobria y amenazante. Barata, sin filo, su punta clavada en una pared adorna las casas de mis amigas, y sale de ahí para acompañar sus peligrosas noches cuando me hacen caso, y seguro que de lo contrario la echarán de menos.

Pequeña, rápida, bonita, plateada, no tiene gran calidad o precio, pero suena bien y acompaña si se quiere, sin estorbar. Para alborozo de la recipiendaria, su cromado es más disuasorio que práctico...

Retomando la relación con el usuario, y además del componente de legalidad, está el de seguridad en el uso. Amigo/a lector, coge cualquier navaja abierta en tu mano, y haz presión sobre una superficie cercana, con cuidado.

Entenderás que
-la hoja debe cortar siempre en dirección contraria a la mano propia.
-los dedos no estarán tampoco en el camino seguido por la hoja al abrir ni cerrar
- mucho filo facilita el corte y evita accidentes por insistencia...
En fin, corta con el filo hacia arriba, con el arco de movimiento contra ese filo, en movimientos cortos, que no muestren a otros porque cae el cuerpo de tu oponente,no hagas un uso que te ampute los dedos si falla el freno... Ese freno es un seguro, pero mejor que ponerme a enumerar y describir sus tipos, prefiero enseñar una regla básica: agarra el mango, e imagina lo que sucederá si el freno de la hoja falla. Listo: ya has aprendido en qué dirección se corta, cómo se cierra, qué se hace y qué no al poner resistencia durante el uso...


No confíes en que vas a clavar el chisme tres veces¡¡¡ Lo normal es que el que lo reciba no sienta más que calor al principio, por lo que no evita males mayores si no se acompaña de precauciones accesorias: se da paso atrás tras clavar, porque inequívocamente viene ostión del que lo nota. Se corre tras el tajo por si se acierta, para evitar problemas, o por si se falla, para evitar daños.

SALVO SI SE COMBATE, SI NO HAY DEFENSA O ATAQUE PUNTUAL O TÁCTICO, CON LOCO ENFRENTE O PARED A LA ESPALDA, O AL AFRONTAR A MÁS DE UNO. SI ES A VER QUIÉN PUEDE MÁS, (independientemente de que esa situación, para mí, es una mierda sin ganancia, se gane o se pierda, pero entiendo que a veces no se elige...)LA REGLA ES LA CONTRARIA, EXACTAMENTE: EL FILO Y PUNTA CONTRARIO LO SON TODO, Y SE GUARDAN Y EVITAN AÚN A COSTA DE RECIBIR GOLPES. LA HOJA PROPIA SÓLO ADORNA O AYUDA, O NOS JODE. NI DAÑA AL CORTAR, NI TERMINA NADA, MÁS BIEN EXCITA, NI ES INOCUA PARA NOSOTROS, POR LO QUE PUEDA PASAR AL CERRARSE. SE CLAVA, Y SI SE ACIERTA, SE EVITAN LAS DUDAS: NI PICOTAZO NI ESPERA, LA HOJA HA DE ENTRAR HASTA EL MANGO O UN HUESO, Y ENTONCES SALIR Y VOLVER A ENTRAR MIENTRAS HAYA OCASIÓN.
Insisto, de lo que pase, ya nos librarán los abogados. Si se llega al extremo de tener que defenderse con o contra una navaja, y más si el otro también sabe, sólo se para cuando el otro está quieto, salvo que se quiera acabar quieto uno.

Por si las dudas, esto es como las peleas de los niños: nunca deben epezarlas, ni dejar que las termine otro.

En fin, se acciona contra su filo, se cierra sin poner los dedos en el camino, se combate para clavar la punta, no para cortar, de modo que los movimientos de hoja son para ganar espacio o, como máximo, tácticos (corte de tendones, o en la frente para nublar de sangre la vista...), pero para el fin último, lo ideal es que entre la punta hasta el mango, y que quede para que se tenga que sacar él el conjunto si no se puede ir repitiendo la operación.

2.-Respecto del oponente, es cuando las características de la navaja táctica cobran toda su importancia.

Esas características han de orientarse a que no haya consciencia de la existencia de la herramienta hasta que ya se haya usado. A ver (como suele empezar mi hijo, y creo que ya mucho adolescente...) no es que sea una katana, que sólo sale de su funda para hendir o matarnos. Si puede aprovecharse un cierto valor disuasorio. Pero no vale para reafirmarse, porque superan el standard medio de amenaza hasta el cual hasta el más chulo se lo piensa, y a partir del cual el riesgo inminente impide la negociación, además de tonificar con adrenalina las respuestas.

Por eso insisto en lo recomendable de que esté presta pero no vista. Abierta bajo el bolso al bajar del taxi, con el mango en la mano y el bolso como balón de rugby; el bolso en bandolera y la mano dentro asiendo el mango; en el bolsillo delantero, agarrada y con el pulgar en el remache que la abre, ya que abierta no cabe.

Y ya en casa, clavada de punta en el marco de la puerta, bajo tu parte del somier...

Es reconfortante que te la regalen y te enseñen cómo se usa, en lugar de comprarla, y menos por consecuencia de haberla necesitado y no tenerla... Para eso las mujeres se las pintan solas, e interesa que si la regalas complementes la demostración de Amor y respeto aprendiendo qué enseñar al entregarla, básicos de seguridad, unidos a prácticos de uso y a éticos de límites de uso crítico.

Se saca en prevención, o no se saca, o se tiene disponible, pero ni se enseña, ni se precipita su uso aún si se necesita, porque se trata de sorprender y de terminar la situación de modo que no haya posibilidad de reiniciarla de contrario.

Un ejemplo: vi un capítulo de la serie "Los paladines", que nadie recordará, en el que en un duelo se permitía daga y espada. Un contendiente luchaba sólo a espada, y con el tiempo daba a entender que se desempeñaba mejor así, como algún equipo de fútbol con un jugador menos. En un momento dado se ve desarmado y con el oponente encima, y cuando parece que va a morir, la cara del contrario palidece, y se evidencia que la daga estaba, aunque en reserva. Pues eso.

Insisto, no es una katana, no tiene una dignidad mítica, no está tan tajantemente prohibido sacar su hoja para ahuyentar. Pero su propósito, no lo olvideis, es causar daño, lo que se obtiene mejor con la sorpresa.
De hecho, cerrada sirve para afianzar el puño al golpear, y si se acaba bajo el peso del contrario, abrirla y clavarla es una sorpresa inesperada, más cuando puede salir de un sujetador, una braga, la suela de una bota, incluso un postizo de pelo..., cuando ya se descontaba que se estaba inerme¡¡¡
...

Me explico. El que se emborracha y la saca, pide que le maten con ella. El que la exhibe para autoafirmarse, pide problemas que no tenía, y para empezar, con la Ley, por no hablar de que se queda sin amigos.

Seguro que advertís que no hablo de memoria.

La mujer debe acostumbrarse a llevarla siempre encima, y a llevarla abierta, digamos, un quince por ciento del tiempo. No debe usarla como el hombre para tareas ordinarias, porque para eso debe contar con quien la auxilie, pero también por que no ha de desvelar que cuenta con ese apoyo.

Su color, negro para evitar brillos, aunque si el efecto pretendido es el disuasorio, el cromado es muy impactante, da sensación de filo, y de moderno, de que el portador sabe lo que se hace... En fin, negro para su uso.
Su apertura, rápida en tensión con lo ilegal, ya que la automaticidad está prohibida: el mecanismo de apertura a una mano por tetón en la hoja es más que suficiente, y aún aflojar ligeramente el tornillo de giro permite que la hoja se afirme en el seguro con un golpe de muñeca.
El sonido de la hoja al afirmarse en el seguro disuade. Insisto en que la confrontación del oponente con la inminencia de una respuesta violenta disuade a la casi totalidad de agresores, cobardes o acostumbrados a la sumisión en su mayoría.
La estabilidad de la hoja fuera del mango, a medir por un seguro fiable, pero en lugar de describir sus tipos, por experiencia, prefiero aconsejar que no se confíe en ellos, y que se maneje la navaja con la hoja hacia arriba, igual si se dirige hacia adelante o hacia detrás, a la japonesa, y que se empuje ese filo hacia arriba, nunca tirando de él y menos hacia abajo... El principio, al fin, es que si se cierra la hoja, no coja por medio nuestros dedos.

La navaja táctica tiene un filo sin mantenimiento, incorpora accesorios entre los que destaca la aguja de pinchar ampollas, y sobre todo, está siempre en un cajón de casa, o en situación de usarse (ni que decir tiene mi opción) Que te la encuentren en el bolso es funesto...porque no la llevabas abierta bajo su suelo, no has podido descubrir la hoja mate y negra dejando caer el bulto para sorpresa y pánico del subnormal, te ves abocada a sufrirla en lugar de a usarla por no llevarla a mano, por no seguir estos consejos, alelada...¡¡¡

Se lleva donde no se vea, no se exhibe jamás, quien la lleva analiza constantemente lo próximo que le va a pasar a él o a los que él protege, y si de esa previsión se deriva riesgo, la coloca de modo que no incomode ni asuste, y también que no se advierta desde fuera.

En un cajero, debe estar lista antes siquiera de pensar en sacar del bolso la tarjeta de crédito. A la salida de un taxi, abierta bajo el bolso, que no es necesario llevar colgando del asa, y si hay un capullo que acostumbra a rondar nuestra puerta, pues más. Si el novio te lleva a casa, desde el portal al ascensor está incluido en el servicio; si no, hoja fuera,filo arriba.

Cinco centímetros no matan a nadie y paran a cualquiera (en la carcel, un "cinquillo"...), por si hay reparos morales, pero esa es otra.

3.- la actitud. La navaja táctica no es una multiusos suiza, pese a que se justifique llevarla para pelar cables o manzanas. sirve para compensar una desigualdad física ante un agresor que por serlo ya ha despreciado las reglas de paz social y, en la mayoría de los casos, de no abuso de la propia superioridad... Se lleva para hacer daño, el mayor posible, y después se verá como se articula la respuesta jurídica...¡¡¡

Nunca se pega primero, siempre se pega el último, y si no se puede, siempre se asegura evitar un daño no curable. no se carga nada ilegal, se está dispuesto a usar lo que se carga, se lleva dispuesto para que sea mejor llevarlo y no necesitarlo que necesitarlo y no llevarlo,

Se hiere, no se enseña. no lo ve nadie más que uno hasta que se clava, el ruido que hace disuade por pocos segundos, y si no se pone a correr el otro, a clavar. Ojo: a clavar, no a uda, o tocará a morir"

Busca la inmovilización, no la muerte: corvas, muslos, dolor jodido o gran profusión de sangre, aún inocua (párpados, mejillas, gluteos, manos...)

Pero no termines si lo consigues por falta de cpacidad de reacción, de movimiento o visión, porque no es fácil saber cuánto duran: son casos de ventaja puntual, y se deben aprovechar según el principio de impedir que se vuelva a levantar, no de volver a tomar riesgos si se reactiva antes de lo previsto: es la situación la que aconseja, pero en poco tiempo se debe mirar alrededor y evaluar cómo se remata, no "si" se remata. En el suelo y ciego o ahogándose vale cualquier cosa, pero de pie y con sangre en los ojos es cuestión de poco tiempo volver a tener un problema, que en general correrá más que una... Yo siempre digo lo mismo: sin parar en ningún momeno de gritar, la falta de público aconseja ladrillo o señal o papelera, o en ausencia de lo contundente, zancadilla y al suelo, y saltar encima de la cabeza o garganta.

Claro, que si se cuenta con la navaja táctica, la opción clara es el degüello si se ha sufrido lo bastanta, o el corte de corvas en caso contrario.


Bueno, este era el esquema, me voy a dormir...

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