POCO ORIGINAL, UNA VEZ MÁS, HOMBRES Y MUJERES...

Si, escribo en general sin respuesta, pese a que la vocación de toda expresión es la alteridad, por naturaleza.

Es la definición, digo en otra parte, de la calidad del ser humano su disposición a amar, aún sin ser amado, sin respuesta, reciprocidad, retorsión.. Primero creí que el amor humano era por Cristo especial y definitorio; luego me di cuenta de que por el Dao se llegaba a la conclusión irrebatible de su valor intrínseco, independiente de la eventual correspondencia, lo que situaba en su justo lugar la evaluación del esfuerzo individual para encajar en el "Camino", esto es, para lo que unos denominan SALVACIÓN, y otros, mera justificación de la presencia vital donde puede generarse un cambio trascendente para los demás, que debería estar inspirado por el "Amor" a ellos (una más desarrollada conclusión del mismo principio...).

He intentado leer el DAO por quince años, y he descansado puntualmente, ante un faracaso profesional, en el ARTE DEL LA GUERRA, que según algunos no es sino un resumen estratégico-práctico del DAO, incluso proviniente del mismo autor (o compilador); las "36 estrategias" y el ejercicio del baile ese matinal...

El principio está en manos de todos, pero su exposición sólo me sugiere que soy un hipócrita, un diletante. Paradoja: escribo porque quiero compartir; me da pudor compartir porque me resulta evidente la reflexión...

Acaba presentándose la idea de que no estoy ayudando sino ejercitando un rito de higiene personal, en el que aporto menos que recibo.
Sea, y que me responda el Padre si mi dolor no se cura por la alteridad, por compartirlo con los demás bien analizadito, y que acostumbrado al vacio digital, esta provocación adolezca, además de de la acostumbrada respuesta terrenal, de la Comunión de los Santos que echa de menos como milagro prometido por quien justificó estos estados de mente, y también de la respuesta natural de los inquietos que vagan por remotos rincones de la RED